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Plan de pensiones privado a la inglesa
Escrivá se inspira en el
modelo británico para implantar un nuevo modelo de fomento del ahorro colectivo
a largo plazo
El ministro de Inclusión,
Seguridad Social y Migraciones, José
Luis Escrivá, asegura que tiene listo un esquema básico de reforma de las pensiones. Sólo
necesita, ha insistido esta semana en el Congreso de los Diputados, que los
partidos parlamentarios logren llegar a un acuerdo de una vez sobre las
recomendaciones para apuntalar la sostenibilidad del sistema público de
pensiones. En teoría, debería ser cuestión de semanas que el pacto de Toledo alumbre un texto consensuado...
Mientras, ya están sobre la mesa las líneas maestras de la reforma Escrivá,
para ser reflejadas en diversos cambios legales. La esperada aprobación de la
vinculación al IPC de la actualización anual de las prestaciones y las
modificaciones de incentivos y penalizaciones para acercar la edad efectiva
de jubilación a la legal
acostumbran a copar los titulares, pero en su plan figura también un cambio
llamado a transformar de raíz –si funciona– el modelo vigente en España de los
planes de pensiones privados. Y
para dar este giro, explica Escrivá, está inspirándose en la experiencia del
Reino Unido.
La idea que abandera el
Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones se basa en fomentar el ahorro a largo plazo de
los trabajadores para que puedan recibir un complemento mensual a su pensión
pública, cuando lleguen a la jubilación. Escrivá no se cansa de destacar que,
en la actualidad, el modelo centrado en los planes individuales no está dando
sus frutos (el número de participantes está estancado desde hace años, los
gastos de gestión son altos), mientras que los beneficios fiscales tampoco
cumplen con los objetivos y tienen efectos perversos. Por ello, postula virar
hacia planes colectivos vinculados a las empresas, también llamados de empleo,
que sólo han arraigado en Euskadi. “El sistema está mal diseñado”, se quejó el
pasado miércoles.
Apuestan por una gestión pública y llegar a
colectivos como los autónomos y los empleados públicos
¿Cómo quieren extender estos
sistemas colectivos de pensiones privadas? Sin dar detalles, desde el ministerio
adelantan su propósito de crear “desde la Administración un fondo de pensiones
de empleo de carácter abierto”. En el Reino Unido, existe un organismo de
tutela pública que centraliza los ahorros y subcontrata la gestión del dinero
entre varias firmas internaciones. En el sistema británico, los empresarios
están obligados a dar de alta a sus trabajadores en un plan colectivo, excepto
los de los salarios muy bajos. Salvo que el empleado pida desvincularse, se le
descontará una parte pequeña de su salario para hacer una aportación mensual,
mientras que el empresario y el Estado (en forma de beneficio fiscal) también
deben contribuir al plan. Según explica un reciente informe de la patronal de
las aseguradoras Unespa, los porcentajes del automatic enrolment han
ido aumentando paulatinamente desde el 2012. A partir de abril del año pasado,
la contribución mínima supone el 8% del salario pensionable (arrancó con un
2%): 4% del empleado, 3% de la empresa y un 1% de Estado. Casi nueve de cada
diez trabajadores británicos afectados por esta regulación participan en el
sistema.
Este tipo de fórmula ha
recibido críticas empresariales que ven difícil implantarla en España, con un
tejido dominado por la microempresas, y que se quejan de que las compañías ya
deben hacer frente a elevadas cuotas de cotización a la Seguridad Social.
Desde el punto de vista
fiscal, Escrivá ha anunciado que tienen previsto ir retirando progresivamente
la reducción del IRPF por los planes individuales, sobre todo para los
contribuyentes con ingresos más elevados. Al tiempo, desplazarían los
incentivos tributarios para los planes de pensiones colectivos.
Además, ha adelantado que van
a reformar la legislación vigente sobre los planes de empleo para “permitir
extender la población cubierta en un enfoque sectorial”, de forma que puedan
llegar a implantarse en las pymes y también a autónomos y funcionarios. El
Ministerio busca así mismo reducir los costes de gestión. Una batería de
medidas graduales que, de acabar consolidándose, podría revolucionar el ahorro
de cara a la jubilación.
Autónomos: cotizar por ingresos
Esta próxima semana el
Ministerio de Inclusión y Seguridad ha convocado a las organizaciones que
representan a los autónomos para mostrarles su propuesta de cotización por ingresos
reales. Los trabajadores por cuenta propia son los únicos afiliados que escogen
su cuota a la Seguridad Social y en su inmensa mayoría optan por cotizar por el
mínimo.
El paso a contribuir al
sistema en función de los ingresos es una de reivindicaciones emblemáticas de
las asociaciones de autónomos. Desde hace años reclaman una tarifa más reducida
para los trabajadores por cuenta propia cuyos ingresos son inferiores al
salario mínimo interprofesional.
La propuesta del ministro
José Luis Escrivá será “por tramos”. Se trata de un nuevo intento de poner en
pie un sistema más ajustado a la situación de cada autónomo, pero que en los
últimos años se ha tropezado con dificultades técnicas (es imprescindible un en
principio complicado cruce de datos con Hacienda) y con los vaivenes políticos.
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